domingo, 22 de marzo de 2020

COVID-19





Foto: Javier Lopéz Fabián



Hace tiempo que no madruga mi pereza
hace tiempo que la vida se revolvió
en contra de mi propio tiempo y espacio.

Vuelven hoy los tiempos a detener su mirada
y al mirarme me encuentro perdida
en un desesperante futuro,
hasta los versos se vuelven amargos
y los bizcochos no esponjean,
el sabor no ha perdido su consistencia
la esencia de la vida sigue intacta,
pero no cuaja, no alcanza su punto álgido.

El devenir, ¿qué devenir?, ya no se cuenta en mi calendario,
no hay un mañana, tan solo un hoy, un momento
cada instante cuenta, nada más, nada más
para que no asome la esperanza invertida,
esta desesperanza engalanada con sus primeras joyas
tristeza y añoranza.

Quizás el sol mañana profundice su calor
en cada poro de mi piel;
Quizá mañana, quizá la esperanza...

N.B.

No hay comentarios:

Publicar un comentario